El azúcar mascavo, también conocido como azúcar moreno, se obtiene a partir del jugo de caña de azúcar, conservando su contenido natural de melaza. Su producción puede realizarse mediante la cocción directa del jarabe de caña o a través de la mezcla de azúcar blanca con melaza, lo que le otorga su característico color marrón y su sabor profundo con notas caramelizadas.






 

El azúcar mascavo claro, también conocido como azúcar de caña sin refinar o en algunos casos azúcar Demerara, se distingue por su sabor suave y su contenido natural de melaza, lo que le otorga un color dorado característico. Debido a su proceso de refinamiento mínimo, conserva parte de los minerales y compuestos presentes en la caña de azúcar.

Este tipo de azúcar es ampliamente utilizado en la elaboración de salsas, postres y productos horneados, ya que proporciona un dulzor equilibrado y una textura ligeramente húmeda, mejorando el perfil de sabor de diversas recetas.

El azúcar mascavo oscuro se distingue por su tono más intenso y su marcado sabor a melaza, ofreciendo un dulzor robusto y profundo que realza recetas con perfiles de sabor más complejos. Su riqueza aromática lo convierte en un ingrediente ideal para la elaboración de pan de jengibre, salsas BBQ, guisos y otros platillos con sabores intensos.

A diferencia del azúcar mascavo claro, sus cristales son más gruesos y ligeramente pegajosos, lo que le proporciona una textura más rústica y granulada. Este tipo de azúcar es altamente apreciado en la gastronomía por su carácter natural y su versatilidad en la cocina.

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